Soy andaluza, nací en un mar de olivos llamado Jaén. Desde muy pequeña sentí una conexión profunda con el mundo artístico: coloreaba hasta los libros del colegio y siempre estaba inventando cosas. Estudié diseño de moda y, aunque disfrutaba mucho creando colecciones, lo que más me llenaba era dibujar. Fue entonces cuando decidí arriesgar y cambiar de rumbo. Así encontré el tatuaje… y desde el primer día supe que había encontrado mi lugar. Desde entonces, no he parado de perseguir mi propósito: dejar una parte de mí en cada persona que confía en mi arte.

Además de tatuadora, también he trabajado como anilladora, lo que me ha permitido conocer a muchísima gente increíble.

Mi estilo se mueve entre el blackwork, los diseños ornamentales y tribales, aunque de vez en cuando me gusta salir de mi zona de confort y explorar otros estilos que refrescan la mente y me inspiran a seguir creciendo.

Cuando trabajo en proyectos más elaborados, me encanta escuchar las ideas del cliente y buscar el equilibrio perfecto entre su visión y mi toque personal. Ver que quedan encantados con el resultado es, sin duda, lo que más agradezco de esta profesión.

¿Tienes una idea rondándote la cabeza? ¡No lo pienses más y démosle forma!